Manix Mandiola, sencillo y resolutivo

¿Cómo es de fina esa línea roja del fútbol en la que se pasa del éxito a la decepción? Javier Mandiola Alberdi, más conocido como Manix Mandiola (Eibar, 9 de abril de 1958) lo explicó a la perfección hace unos días. A su equipo, el Atlético Baleares, una tanda de penaltis le privó de ascender a Segunda división. Era la octava promoción de ascenso para el entrenador eibarrés en sus veinte años de carrera, pero la suerte de las penas máximas le sonrió al Cartagena, que hoy ya disfruta de la división de plata del fútbol español. Tras disputar dos fases de ascenso de forma consecutiva con el equipo mallorquín, Manix Mandiola recala en Soria para capitanear la nave numantina en su vuelta a Segunda división B tras 23 años en la élite de fútbol nacional y buscar, lo más rápido posible, su retorno a Segunda A. Y es que la elección de Mandiola no es casual.

Un vasco necesita los vientos del norte y aunque en Mallorca ha dejado una huella imborrable, tampoco ha dejado indiferente a nadie.  El técnico responde a la perfección a ese estilo norteño que tanto gusta a la afición rojilla y, además, goza de la mayor de las experiencias en la categoría de bronce, con casi 500 partidos dirigidos en equipos como el Eibar, Real Unión, Alavés, Burgos, Tudelano, o el Atlético Baleares, escuadra esta última a la que llegó hace dos temporadas y media.

Amante de la vieja escuela y defensor a ultranza de la simplicidad, Manix Mandiola es un tipo campechano, sencillo y con fama de resolutivo. En su llegada a la isla en 2018 logró salvar al equipo balear del descenso y en las dos siguientes consiguió dos títulos de campeón de liga en dos grupos diferentes de Segunda B: I y III. En el presente curso se dio el lujo de romper moldes en el inicio de la temporada, sumando 30 puntos al término de las once primeras jornadas y convirtiéndose en el primer conjunto de Segunda B que conseguía una hazaña de dichas características desde que la victoria vale tres puntos.

El Numancia apuesta, no cabe duda, por la experiencia contrastada en el banquillo, algo que debe resultar fundamental y clave en el devenir de una temporada que se adivina incierta por la actual situación sanitaria, pero ilusionante ante el enorme reto planteado por el Numancia y que no es otro que recuperar su espacio en el fútbol profesional.

El técnico vasco ha disputado hasta ocho promociones de ascenso a Segunda división, con un único éxito, pero su eficacia le acredita como uno de los entrenadores top en cuanto a conocimiento y experiencia en una categoría a la que vuelve el Numancia tras 23 años de ausencia y que se verá las caras con seis equipos asturianos (Covadonga, Marino Luanco, Lealtad, Langreo, Oviedo B y Sporting B) y tres de Castilla y León (Burgos, Leonesa y Valladolid B) en una primera liguilla que resultará trascendental para el futuro inmediato del club numantino, ya que sólo los tres primeros de esta liguilla tendrán opciones de ascenso de categoría tras disputarse esta fase inicial.

Y para ello el Numancia ha contratado a su líder para este reto. Mandiola, siempre con una gorra, su complemento más distintivo, sabrá adaptarse sin problemas a los requerimientos que vayan apareciendo durante la temporada, parapetado en su trabajo resolutivo y su buen hacer con los futbolistas.

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